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Si te gusta la arquitectura y el diseño, una exposición que no te podes perder este verano!



No es la primera vez que el Museo Nacional de Bellas Artes dedica una exposición a la obra de Clorindo Testa. El Museo ha seguido de cerca la trayectoria de este gran artista argentino nacido en Italia, y hoy, a cinco años de su fallecimiento, presenta esta muestra, que permite repensar, desde una mirada actual, su importante y singular legado plástico. 


Si en su brutalismo arquitectónico perseguía la verdad cruda de la materia que sustenta el habitar, con énfasis en la geometría abstracta que modula construcciones y vida urbana, Testa replica el gesto en su obra plástica, desafiando las convenciones sobre el arte y sus circuitos de legitimación. Una cierta dialéctica entre la espontaneidad del trazo en sus dibujos y pinturas dialoga con la materialidad basta, ordinaria, de sus soportes. Esa disposición ante aquellos elementos considerados indignos o banales los vuelve sujeto activo de su intención expresiva al proponerlos como instancias constructivas de su discurso visual.


Basta con mirar sus instalaciones en madera y cartón, en las que el señalamiento de la estructura que contiene la obra es la clave de bóveda de su estética, y sus dibujos a mano alzada, donde el trazo rápido recoge el instante en una inequívoca búsqueda de la autenticidad. Incluso en los grabados o collages, Testa procede con cierto estudiado abandono, con el que compone piezas a las que confiere una vitalidad desusada, pese a su geometría abstracta. Esa paradoja que hace de la arquitectura un momento estático, congelado en el tiempo, recobra un dinamismo perturbador en su producción plástica. Pues sin abandonar la pregunta por cómo se encuadra la materia bruta en un orden matemáticamente reglado, repone la fuerza con que los humanos disponemos nuestras existencias atravesando sus límites. Hay, así, un diálogo fluido con el oficio de arquitecto, del cual sus obras plásticas (y hay que incluir sus edificios entre ellas) son el alma, el lugar de acogimiento y experimentación de sus conceptos sobre el espacio y el habitar.


Toda su trayectoria puede pensarse como una gran reflexión sobre la tensión irresuelta entre los modos de vida y los dispositivos ‒la casa, el museo, la galería, la calle‒ en que transcurren. Una pulsión liberadora que convoca la potencia metafórica del color y las formas, así como vuelve alegórica la materia desnuda, atraviesa sus trabajos como un indicio sugestivo de que un enigma siempre confiere sentido a las cosas con las que tramamos nuestra vida. Ante sus obras, estamos en vísperas de una revelación, cuya sola presencia vuelve ilusorios los actos. Acaso allí, en la invitación a volver a ver el mundo sin velos, estribe su vitalidad, su llamado póstumo.


Andrés Duprat Director – Museo Nacional de Bellas Artes


La muestra estará desde el 11 de diciembre al 17 de febrero. Puede visitarse de martes a viernes de 11:00 a 20:00 y sábados y domingos de 10:00 a 20.00 - Entrada libre y gratuita.

Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473).



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