Meghan Markle y el Príncipe Harry abandonaron la casa de US$ 18 millones en Beverly Hills, propiedad del magnate de Hollywood, Tyler Perry. La pareja compró una casa pintoresca en Santa Bárbara, a unas 160 millas al norte de Los Ángeles. Según los nuevos informes, los duques de Sussex se instalaron en la propiedad el mes pasado con su pequeño hijo Archie, de 1, después de radicarse en California desde mediados de marzo.
«El duque y la duquesa de Sussex se mudaron a la casa de su familia en julio de este año», señaló un representante de Meghan y Harry a People. «Se han asentado en la tranquila privacidad de su comunidad desde su llegada y esperan que esto sea respetado por sus vecinos, así como por ellos como familia». Por otra parte, una fuente contó a Page Six que los ex reales se mudaron a la ciudad costera para que su primogénito tenga «una vida lo más normal posible».
Harry y Meghan estarán mucho más cerca de su gran amiga Oprah Winfrey, quien vive en una impresionante mansión en la comunidad de Montecito en Santa Bárbara. También tendrán de vecinos a otros famosos como Ellen DeGeneres y Rob Lowe. La fuente aseguró que la pareja pagó con su propio dinero su nueva vivienda. «No son huéspedes de Oprah ni de nadie más, ellos mismos compraron esta casa. Aquí es donde quieren continuar con sus vidas después de dejar el Reino Unido».
Logro personal
Esta es la primera casa de Harry y Meghan comprada por ellos mismos. «Ha sido un momento muy especial para ellos como pareja y como familia tener total privacidad durante seis semanas desde que se mudaron», acotó el informante, antes de agregar: «Tienen la intención de echar raíces en esta casa y en la tranquila comunidad, que tiene una privacidad considerable». Supuestamente, Harry no se sentía cómodo en la casa de Perry porque no era de su estilo. «Sí, creció en la realeza y en los pasillos del Palacio de Buckingham, pero prefiere hogares más íntimos con carácter», enfatizó la fuente.
Los Sussex se instalaron en el estado de California después de pasar un período corto en la isla de Vancouver, Canadá, tras haber abandonado Londres y sus deberes en la familia real. De la nueva casa se conocen pocos detalles. Sin embargo, la fuente dijo a Page Six que «han pensado en esto detenidamente y lo han investigado bien. Este es el lugar donde planean ser felices, hacer buenos amigos y criar a Archie, dándole la oportunidad de jugar con otros niños de su edad».
Fuente:elIntransigente